Cuando el tiempo
nos alcanza
no hay lugar
para los sueños.
El fututo ya fue ayer
y la nostalgia
se hace dueña
de todos los recuerdos.
Vivir es ya nadar
en las fronteras
del milagro.
Nos toca pulsear
con la nada.
Es llegar a la orilla
de algún río.
Es encontrarnos parados
en el muelle de partida.
Cuando el tiempo
nos alcanza
es porque ya se termina la vida.
©2011 Cristina Pablos
Eduardo César Belloccio . Presidente de la S.A.D.E, Filial Villa María